Pelotazo en contra

Si hay algo que tiene de bueno el hecho de ser sola y habitar una casa en la que conviven dos mujeres (una de las cuales tiene catorce meses de edad y, por tanto, carece por completo de poder de decisión) es no tener que ver fútbol.
Hace más de medio año que no veo un puto partido, señores, y, excepto por Matías Almeyda, no extraño nada de eso.